Enseñanzas

San Francisco de Asís

"San Francisco solía decir que la regla de los peregrinos es esta: ser alojados en casa ajena, anhelar ardientemente la patria y pasar en paz de un lugar a otro".

Carta a un Ministro






Viajes


Corazón mio, conocerás a muchas personas que te hablaran orgullosas de los viajes que realizaron a lo largo y ancho del mundo... Aquel estuvo en Europa  este visito China, el de mas allá hizo una larga expedición a la cumbre de las montañas... Al que viaja mucho, como por extraña intuición  se lo escucha casi con reverencia, él ha visto lo que nosotros no hemos podido ver; mas... no son territorios físicos  no son mares ni montañas los lugares que el espíritu desea contemplar; hay una honda necesidad, una urgencia constante de traspasar las barreras del mundo material, una premura por soltar sus fronteras y llegarnos al país que visitan tan solo los Hombres Sagrados, el país de nosotros mismos, el país de "adentro", ese donde Dios Nuestro Señor se oculta hecho Esencia purísima.

Cuando alguien te hable de sus viajes...sonríe piadosamente; no lo sabe, mas, andando por los caminos del mundo, lo que ha buscado es la Puerta del Ser. Quiso trasponerla con todo su corazón, hundir sus pies en la pastura celeste, retozar en sus jardines sagrados, hallar la Paz, joya desconocida por los que Ven hacia afuera... míralo, en cambio, ¡a traído porcelanas de Hong Kong, abanicos de Cachemira, cerámicas griegas...! Ha hundido sus manos en tesoros de cenizas. Ha andado mucho, pero no ha visto el Templo de la Realidad. El Gran Paisaje de sí mismo, se le ha escabullido; sólo su cuerpo y mente físicos se trasladaron de un sitio a otro. Sus ojos se prestaron a la guarda de mil imágenes sin trascendencia. Sabrá de Iglesias góticas y arcos romanos, de acueductos y pagodas, de mares y de ríos ..El recuerdo visual de miles de objetos se acunaran en sus pupilas, mas...¿qué son esas imágenes sino reflejos de la nada, cuya realidad le es tan sólo presumida? En el torbellino incesante de mente y sentidos, en sus músicas y ruidos, en sus llamadas y sus gritos, en sus promesas hueras, se muere la Esperanza y se despena el Ser. Cada vez que los escuches, recuérdalo: se despeña el Ser. El "salir hacia afuera" te minimiza, el "salir hacia afuera" es enemigo que te reduce a ellos; porque ellos ven siempre la base de todo, pero jamas la cumbre. ¡Oh, mundo equivocado! ¡Tal vez ese campesino que jamas abandonó su tierra se haya unido mas a Dios Nuestro Señor, que esos orgullosos astronautas de la Nada! En la nace de un surco se puede ir mas lejos y visitar mundos mas puros, si quien va al timón eres tú, Corazón mío; tú, para interpretar el prodigioso milagro de la vida que se acuna en la semilla, tú, para unirte, por ese rosario de misterios, al Divino Creador de tantas maravillas.

El hombre en verdad, Viajero, sabe que tú eres el centro de su largo Camino.

Quien no te ha visitado, por ninguna parte anduvo realmente. Movió su cuerpo de uno a otro lado, mas su espíritu se le marchito por dentro.

¡Ay Corazón, de los que te olvidan! ¡Ay, de los fantasmas enamorados de los aeropuertos, las valijas, las tierras exóticas  los aviones! les llegara la muerte en cualquier parte, y todo cuanto tendrán para darle, serán manojos de paisajes ilusorios y recuerdos de cosas materiales.

Solo quien bucea en tu océano infinito rescata la perla del Ser. Dios mora en ti. Abrir tus puertas es Hallarlo. ¡Oh Corazón, despierta nos  para que podamos Verte como esa bendita Aurora de Gracia que anhelamos

La Paz del Corazón. Ada Albrecht
Editorial Hastinapura.  Bs.As. 2006





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