Varanasi, la
mágica Varanasi. Colorida ruidosa, divertida, caótica, cultural, sucia,
espectacular y mística; la mas sagrada de las ciudades hindúes, la mas
fascinante por conocer. En sus calles, Varanasi conjuga todas las Indias en
una. Visitarla puede ser una experiencia abrumadora y agobiante, pero es
necesario perseverar y dejarse envolver por su peculiar y sin igual atmosfera.
Como la India misma, cuando abrasa enamora. Varanasi la mas India de la India.
Imagen de Shiva y Parvati navegando en el rio Ganges
Vista de Varanasi
Varanasi
dice ser la ciudad habitada mas antigua del mundo, incluso mas que Atenas.
Algunos historiadores datan su fundación alrededor del 1200 A.C., pero los
hindúes no dudan en afirmar que el mismo Shiva, el Dios de la Liberación y la
Destrucción, eligió este lugar para descansar junto a su esposa Parvati hasta
el final de sus días, lo cual quiere decir que todavía siguen ahí. Así, el
venerado Mahadav – otro nombre de Shiva que significa Gran Dios – fundo la
ciudad llamándola “Anandam”; sus primeros habitantes la llamaron “Kashi”, “La
Esplendida” o “La Ciudad de la Vida” y con el paso del tiempo comenzó a ser
conocida con el nombre de Benares o Varanasi poe la unión e los ríos Varan y
Assi. Entre el mito y la realidad supo tener su época de esplendor alrededor
del siglo 8 d.C. cuando Shankaracharya,
el gran sabio y reformista del hinduismo, estableció la veneración a Shiva como
principal objeto de culto. El mismo Siddharta Gautama, el Buddha, recorrió sus
calles escogiendo un lugar muy cercano a la ciudad para brindar sus primeras
enseñanzas. Tiempo después las invasiones afganas y mogoles destruyeron gran
parte de la ciudad dejándola en ruinas; hindúes, musulmanes e ingleses supieron
reconstruirla y así continuo su existencia hasta la actualidad. Mientras tanto
Shiva y Parvati permanecen así descansando.
Calles de Varanasi
ghats a orillas del rio Ganges
Visitar
Varanasi es entrar al corazón del hinduismo; sus callejuelas, ghats –
escalinatas con banos sobre el rio – y templos esconden historias y leyendas de
cuando los Devas – del sánscrito: Dioses -
habitaron la tierra en la era de oro o Stya Yuga. La ciudad descansa a
orillas del sagrado rio Ganges llamado la Madre Gangaji, ya que los ríos son
considerados femeninos por ser dadores de vida. Banarse en sus aguas lava una
vida de pecados y sufrimiento, convirtiéndose en un lugar auspicioso para morir,
ser cremado y entregado a sus aguas para el ultimo baño, el que otorgara
“moksha” o liberación del ciclo de nacimientos y muertes. Los familiares
trasladaran al difunto envuelto en blancas telas sobre un féretro de canas
hasta el ghat de cremación donde un sacerdote realizara las ofrendas
correspondientes y la purificación del fuego para luego ser entregado al rio.
Los ciudadanos mas importantes o de mayor poder adquisitivo podrán aspirar a un
crematorio realizado en su totalidad con la apreciada y costosa madera de sándalo en el Manilarnika Ghat, el
principal y mas sagrado Ghat. A pocos metros se encuentra una piscina donde
Parvati perdió uno de sus aretes y Shiva debió dragarlo por completo para
recuperarlo. Se dice que incluso Brahma – Dios de la Creación – y Vishnu – Dios
de la Conservación - ayudaron en la
tarea dejando este ultimo sus huellas en una enorme piedra próxima.
Piscina y banñs en el Manikarnika Ghat
Cremaciones
Desde
tiempos inmemoriales, todos los días al amanecer y al atardecer, se llevan a
cabo el “Ganga Aarti”, la ceremonia de adoración a la Madre Gangaji con
ofrendas de flores, incienso, fuego y oraciones. La principal se realiza en el
Dasaswamedh Ghat que literalmente significa que en ese lugar el Dios Brahma
sacrifico (medh) 10 (das) caballos (aswa) en honor a Gangaji. La
ceremonia es absolutamente fascinante y mágica y al finalizar mientras algunos
realizan sus oblaciones y baños personales, otros charlan, ríen, cantan y se
divierten a orillas del Ganges.
Ceremonia de Ganga Aarti
Mi visita a
la ciudad coincidió con el final de un festival religioso llamado Kumbha Mela
realizado cada 12 años en cuatro ciudades sagradas: Nasil , ujjain, Haridwar y
Allahabad a pocos kilómetros de Varanasi. Este año en particular fue el Maha
Kumbha Mela que sucede cada 144 años y es la mayor congregación religiosa del
mundo. Durante seis semanas miles de devotos, peregrinos y sadhus (monjes
renunciantes) se bañan en el Sangam (literalmente
unión de ríos) entre los ríos Ganges y Yamuna. Pasado ese tiempo algunos
vuelven a sus hogares y la mayoría se dirigen a Varanasi a rendir culto a Shiva
en el templo de Vishwanath. La ciudad se lleno de devotos haciendo
interminables filas durante toda la noche para entrar al templo y dejar sus
ofrendas. A orillas del Ganges decenas de sadhus y nagas (sadhus desnudos) y
monjes armaron sus campamentos donde se podía visitarlos y conversar sobre su
peculiar tipo de vida y búsqueda espiritual. Aunque muchos son reconocidos por
su sabiduría y practicas espirituales, en ciertos casos extremas, personalmente
algunos sadhus me parecieron algo así como faquires montando un show. Sea como
sea, atraen a un montón de turistas e hindúes para compartir un chai o fumar
hachis (ya que es parte de sus practicas) y la experiencia de al menos verlos
vale la pena.
Campamento de sadhus y nagas a orillas del rio Ganges
Mi visita
también coincidió con otro inusual evento: un tremendo temporal de lluvia y
viento muy atípico para estas épocas. Durante tres días las pequeñas y antiguas
calles de la Old City (antigua Varanasi) se convirtieron en verdaderos ríos de
agua, basura y barro (en el mejor de los casos) donde chapoteamos personas,
vacas, búfalos, monos, perros y monos. Debo admitir que fue una de las
experiencias mas desagradables de mi vida caminar descalzo – mis alpargatas
eran como patines – sobre el agua y el excremento de animales, pero a pesar de
las condiciones sentía una inmensa alegría y felicidad. Además la ciudad y sus
habitantes hacían sus actividades con normalidad: continuaban las ceremonias,
baños, paseos, el comercio, la música y la danza bajo la lluvia como si ella
misma fuese un regalo del cielo.
Chapoteando en el Assi Ghat
Como dice
el refrán: “siempre que llovió paro”, solo hay que tener paciencia. Así los
días se convirtieron en semanas y yo seguía atrapado en la vida de Varanasi.
Las horas pasaban haciendo nada y a la
vez todo. Amanecía en los ghats viendo los baños y pujas de la gente,
las lavanderías a mano en el rio, algún partido de críquet informal, los paseos
de búfalo y compartiendo un chai y charlas con amigos o nuevos conocidos
mientras el Sol, de a poco y sin apuro, asomaba en el horizonte. Tan solo por
unos minutos, cuando un rojo y refulgente disco solar aparecía iluminando con
su Luz divina a todos por igual, se producía un profundo silencio; hasta las
aves parecían callar, el viento y el mismo rio detenerse, unos minutos de
quietud y serenidad; de absoluta reverencia al Padre de la Luz, Devakaraya o
Surya como es llamado del Dios Sol en la India. No importa la raza, color de
piel, status social, religión o creencia, nada importa, en ese momento del
amanecer no existe ser que al menos por un segundo no sienta paz y felicidad.
Amanecer en el Ganges
El día
continuaba entre caminatas, visitas a templos, mercados y tiendas, escuchar
música o algún concierto casual de música tradicional hindú, almuerzo, cena y
mas chau por supuesto. Al atardecer imposible perderse la ceremonia del Ganga
Aarti, recibir la bendición del Ganges de mano de un brahmin amigo, ofrendar
una velita con flores y al menos bañarse los pies en el rio y disfrutar de un
sinfín de personas y atractivos para ver. Espectáculo aparte es ver el
atardecer desde una terraza donde decenas de barriletes juegan a ser libres
tiñendo el cielo con sus colores mientras los altoparlantes de las mezquitas
elevan el nombre de Alla llamando a sus devotos para las oraciones vespertinas.
La Madre Gangaji fluye permanentemente llevándose las penas y pecados, ofrendas
y oraciones, cenizas y flores. Dicen que siempre ha sido así y lo seguirá
siendo hasta el final de los tiempos, cuando Shiva y Parvati concluyan su
descanso y en su danza cósmica disuelvan el Universo en la escancia de Dios
Absoluto o Brahman. Mientras tanto, entre el mito y la realidad, visitar
Varanasi, la más India de las Indias, fue una de las experiencias mas
maravillosas y mágicas que he vivido y ha dejado un recuerdo imborrable en mi
corazón.
Hola Walter!
ResponderEliminarMe encantó el post!
Qué increíble y lejano culturalmente me resulta India, debe ser fascinante, bah, en realidad lo es y puedo sentirlo y vivirlo a través de tus letras y las fotos que voy conociendo en el face.
Te mando un abrazo amigo!!!
Amigo qe maravilla de verdad muchas gracias por compartir este lindo sueño con todos nosotros..
ResponderEliminareres un gran amigo full energias positivas maestro