Toma mi mano
Vamos a caminar
Tan solo vamos a caminar
Sin pensar en llegar a alguna parte
Caminar pacíficamente
Caminar felizmente
Nuestro camino es de Paz
Nuestro camino es de Felicidad
Thich
Nhat Hanh. The Long Road Turns to Joy. Editorial Full Circle
A poco de entrar en su
mahaparinirvana y abandonar su cuerpo físico, el Buddha le dijo a su fiel amigo
y discípulo Ananda: “hay cuatro lugares a visitar por las personas que están
caminando en el sendero del Dhamma – las enseñanzas del Buddha - que pueden inspirarlos aun mas en el Dhamma”,
ellos son:
- Lumbini, donde nació el Príncipe Siddharta Gautama
- Boghgaya: donde Siddharta alcanzo la iluminación y comenzó a ser
conocido como el Buddha;
- Sarnath: donde el Buddha dio su primer enseñanza;
- Kushinagar: donde el Buddha abandono su cuerpo físico entrando al
Mahaparinirvana.
Desde entonces estos
cuatro lugres se han convertido en los sitios mas sagrados del Budismo donde
van miles de peregrinos budistas y no-budistas a rendirle sus respetos a
Siddharta Gautama, el Buddha, quien habito esta tierra para enseñar el Sendero
del Dhamma, el sendero de la Sabiduría y la Compasión para el bien de todos los
seres.
En mi corta vida nunca
tuve ni busque grandes logros, nunca tuve una casa propia, un lujoso auto, un
trabajo exitoso, una pequeña fortuna ni la suerte de salir con la mas linda del
barrio, como dicen en mi tierra. Pero en el resumen bancario de mi Alma cuento
desde ahora y para siempre con la inmensa fortuna de haber recorrido estos
cuatro lugares; hecho que me llena de alegría, paz y felicidad. Una cosa que si
siempre tuve fue invalorables amigos con los cuales compartí maravillosos
momentos y ellos son parte de mi mas preciado patrimonio. El destino quiso que
esta etapa del viaje la comparta con un gran hermano de la vida, con Edu; los
que me conocen saben que él es parte de mis viajes al punto que casi no imagino
un viaje sin cruzarlo por algún rincón del mundo. Esta vez fue en un rincón de
la antigua Varanasi, desde donde salimos hacia el primer destino.
con Edu en Varanasi
A pocos kilómetros de
Varanasi se encuentra el pequeño pueblo de Sarnath. Aquí fue donde Buddha
brindo su primer sermón y asi comenzó a “girar la Rueda del Dhamma”, es decir
por primera vez fueron oídas sus enseñanzas para la liberación del sufrimiento
y el logro de la Verdadera Felicidad de todos seres.
En el lugar de ese acontecimiento hay una impresionante stupa de 34metros de
altura llamada Dhamekh Stupa rodeada de hermosos jardines con ruinas de
antiguos monasterios. Alrededor del pueblo hay museos stupas, templos y
monasterios, entre ellos uno tibetano donde nos recibieron con te y dulces en
lo que fue mi primer contacto con ese pueblo extremadamente gentil y adorable
que mucho iban a enseñarme – y seguirán haciéndolo- en los próximos meses.
Dhamekh Stupa y estatua de Buddha
Dejamos atrás Sarnath, Varanasi y la Sagrada Madre GangaJi para dirigirnos a la ciudad de Gaya en la provincia de Bihar. A pocos kilómetros se encuentra un pueblo llamado Bodhgaya en honor a un inmenso árbol Bodhi. Hasta sus pies llego Siddharta Gautama, el asceta, para sentarse en meditación con la fuerte determinación de no levantarse hasta alcanzar la completa iluminación. Tras duras y largas horas de meditación, en la luna llena del mes de abril-mayo, 2500 años atrás, finalmente conquisto su objetivo y desde entonces conocido como el Buddha, el iluminado o despierto. Un pariente del árbol original sigue en pie en lo que se llama el Templo Mahabodhi – gran Bodhi –representando no solo el lugar donde Buddha alcanzo la iluminación, sino fundamentalmente recordando la capacidad innata de cada ser humano para alcanzar el mismo logro.
Monasterio tibetano. Karma Temple
Ya había estado en
Bodhgaya y sobre esa primer visita escribi el siguiente post. Esta vez tuvo
como agregado especial el encuentro con viejos y nuevos amigos: Carlos, un
brasilero con el compartimos charlas y chai, unas divertidas y simpáticas
chicas italianas y Belen, Paula y Arim amigas de una gran amiga, con las cuales
compartimos unas ricas tardes de mates y charlas y se convertirían en grandes
amigas y compañeras de viaje. Además esta vez nos hospedamos en un monasterio
tibetano llamado Karma Templo dirigido por un enorme y siempre sonriente monje
llamado Lama Uyien. Aunque lo mas atractivo de nuestro nuevo hogar era ver
jugar a los pequeños niños monjes y compartir con ellos las ceremonias
matutinas como dos niños mas. Visitamos templos, monasterios, realizamos un
retiro de meditación Vippassana – donde tuvimos el inesperado encuentro con
Belen - y hasta participamos de
prácticas de meditación Zen en el
monasterio japonés.
Bodhgaya
Continuamos camino
hacia el este de la India muy próximo a la frontera con Nepal y llegamos a un
pequeño pueblito llamado Kushinagar. Un puñado desparramado de casitas, algunos
comercios y ranchos rodeados de hermosos arrozales y sembradíos forman este
mínimo paraje donde Buddha brido su ultimo sermón y abandono su cuerpo físico.
En el sitio donde esto sucedió, rodeada de jardines y ruinas de antiguos
monasterios, hay una stupa con una estatua de Buddha durmiendo en la posición
en que entro a su mahaparinirvana.
Stupa de Mahaparinirvana en Kushinagar
Nos hospedamos en la
casa de reposo para peregrinos de un monasterio y aprovechamos para recorrer
los sitios históricos, stupas y monasterios; especialmente el Thailandes que
posee unas construcciones bellísimas con jardines de flores y estanques de
lotos que según los propios monjes es como una pequeña Thailandia en India.
El último destino del
circuito de peregrinación budista se encuentra del otro lado de la frontera, en
Nepal. Hacia allá nos dirigimos y luego de varias horas y cambios de transporte
llegamos al apacible pueblo de Lumbini. Mucho tiempo atrás la Reina Mayadevi se
detuvo en este paraje a descansar y mientras caminaba bajo la sombra de unos
frondosos árboles, sintió que el niño que llevaba en su vientre estaba pronto a
nacer. Apresurada busco algo de donde asirse pero al no encontrar sustento
alguno temió caer y lastimar a su futuro hijo. Dice la leyenda que un gran
árbol – no solo por su tamaño, sino por su sabiduría – extendió sus ramas para
que la Reina pueda sujetarse de ella y dar a luz a un hermoso niño al cual
llamo Siddharta. El niño dio sus primeros cinco pasos y bajo sus pies
florecieron de la tierra bellas flores de loto en reconocimiento de la pureza
de su nacimiento. En ese instante no hubo criatura alguna que no sintiera
regocijo y alegría, el futuro Buddha había nacido.
Lumbini cuanta con un
enorme complejo de monasterios de distintos países, un museo, estanques,
jardines y un templo-museo en el preciso lugar donde la Reina Mayadevi dio a
luz a Siddharta. Nos dirigimos hacia el monasterio koreano y nos llevamos la
grata sorpresa de reencontramos con Nico y Taty y compartir unos días de
charlas, mates, paseos meditación, riquísima comida koreana y por sobre todas
las cosas mucha paz y serenidad.
de izquierda a derecha y arriba abajo:
Así concluimos el recorrido por los lugares aconsejados por el mismo Buddha para inspirarnos en el Dhamma. Lejos estoy de poder explicar el significado de sus palabras, pero su puedo describir mis sensaciones al recorrerlos. Una de las cosas que mas llamo mi atención fueron las características tan humildes de cada lugar: pequeños pueblos de campesinos y pastores rodeados de verdes campos y valles que parecieran esconder el secreto de la felicidad en cosas tan simples como la tierra labrada, animales libremente pastando, niños jugando sobre la tierra con la sonrisa mas inmensa que vi, el sonido del viento entre los pastizales o el murmullo de un pequeño arroyo. Pero ¿porque tantas personas recorren estos lugares y como habrían de inspirarlos en el Dhamma? Creo que el secreto está en el caminar conscientemente y con el deseo sincero de comprender el Dhamma o enseñanzas del Buddha, sino tan solo sería un paseo turístico. El secreto está en comprender y para comprender es necesario ser uno con aquello que deseamos comprender; comprender es Ser. Para comprender el Dhamma se debe ser el Dhamma, ser Buddha. Esto no significa rasurarse la cabeza y vestir la túnica naranja. Esto significa aspirar a despertar las cualidades de Buddha en mi interior. Visitar estos sitios nos recuerda que Buddha fue un ser humano como cualquiera de nosotros que se esforzó por alcanzar la eterna felicidad y luego compartirla para el beneficio de todos. No hay misterio, misticismo, ni ayuda mágica que pueda venir desde afuera; el trabajo es interior y personal; es necesario esforzarse por alcanzar lo que nos hace bien y renunciar a lo que nos hace mal. Nadie puede hacerlo por nosotros. Visitar estos sitios nos da fuerza interior para seguir el mismo camino que alguna vez transito Buddha un camino de Sabiduría y Compasión de Felicidad y Alegría.
Mayadevi Templo en Lumbini
Para cerrar el viaje
visitamos la ciudad de Pokhara a los pies de los Himalayas y la antigua
Katmandú capital y centro turístico-comercial de Nepal. Recorrimos hermosos
paisajes, caóticos – y maravillosos – mercados, templos, pagodas y por supuesto
stupas. Pero ambas ciudades merecen un párrafo aparte en un próximo post.
Días después volvimos
a India y en la estación de trenes de Gorakpur nos dimos el ultimo abrazo con
Edu. El ultimo de este viaje para soñar con el primero del próximo. Edu siguió
al sur y yo al norte con la satisfacción personal de haber ido – y seguir
- tras los pasos de Buddha. Desearía que
todos puedan recorrer estos maravillosos lugares al menos una vez en la vida.
Ya sean estos o cualquier otro que despierten la misma motivación de
comprender, de liberación y aspiración de felicidad para todos. Ya sea recorrer
los pasos de Jesús en Israel, el Camino de Santiago de Compostela, de Mahoma
hacia La Meca, de Krishna en Vrindavan o del mismo Atahualpa por mi América
querida que tanto extraño. Que cada paso sea con el deseo altruista de
comprender y alcanzar la paz interior necesaria para ser feliz aquí y ahora.
Camina y en cada momento siente Paz
Camina y en cada momento siente Felicidad
Cada paso trae consigo una fresca brisa
Con cada paso florece una flor
Besa la Tierra con tus pies
Trae tu Amor y Felicidad a la Tierra
La Tierra será un lugar seguro
Cuando nos sintamos seguros con nosotros
mismos.
Thich
Nhat Hanh. The Long Road Turns to Joy. Editorial Full Circle